lunes, 24 de enero de 2011

CONFIANZA EN DIOS

CONFIANZA EN DIOS

Abraham W. Barrera Bakit
PASTOR
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Proverbios 3:5-6.- “Confía en el Señor totalmente, no en tu propia sabiduría.”
“Ten en cuenta a Dios en todo lo que hagas, y él te ayudará a vivir rectamente.”

¿Qué es la confianza en Dios? Es ponerlo todo bajo sus cuidados, su sabiduría, su fidelidad. Para poner esto en práctica, es preciso conocerle, conocer su amor, del cual nos ha dado la prueba suprema por el don del Señor Jesús. 1°Juan 4:16.- “Así sabemos que Dios nos ama y confiamos en el amor que él nos tiene. Dios es amor. El que vive en amor, vive en Dios y Dios en él.”

La confianza es relativa al amor. Es decir, podemos confiar en alguien en la medida en que conocemos su amor e interés hacia nosotros. Dios nos ha amado con un amor si límite, por lo tanto tiene derecho a una total confianza de nuestra parte: “Confía en el Señor totalmente”.

Confiar en Dios es tanto un privilegio como un deber para sus hijos. Sería, pues, normal y justo que tuviéramos confianza en ÉL en todo tiempo. Pero, desgraciadamente, muchas veces el Señor tiene razones para decirnos como a sus discípulos de antaño “¿Dónde está tu fe?” (Lucas 8:25). El recelo que fue sembrado en el corazón de nuestros primeros padres tiene en nosotros raíces tan profundas que se precisa la sonda divina para descubrirlo y la energía renovadora del Espíritu Santo para extirparlo; y mientras estemos aquí en la tierra, tendremos que seguir luchando contra nuestra propia incredulidad.

La exhortación a confiar en Dios está acompañada, en nuestro texto, de una advertencia oportuna no confíes, “en tu propia sabiduría.” Esto no quiere decir que nuestro entendimiento o inteligencia sea inútil, sino que siempre debe estar subordinada a la voluntad de Dios. Somos tan rápidos en forjar proyectos, en tomar decisiones, en comprometernos en diferentes actividades, sin antes conversar con el Señor y dejarnos conducir por Jesucristo. Debemos escuchar lo que nos dice la Escritura y no hacer nada sin ponernos en las manos de Dios, pues, se nos dice que “Ni el más capaz puede sacar adelante un proyecto en contra del Señor.” (Proverbios 21:30).

“Ten en cuenta a Dios en todo lo que hagas”. La forma de esta exhortación, ¿no nos deja entrever que, aun estando en relación con Dios, corremos el peligro de conducirnos como si no le conociéramos? Reconocerlo en todo lo que hacemos, en todos nuestros caminos, es poner delante de ÉL todas las cosas. Cuanto más ponemos en práctica este privilegio, mejor nos sentimos. Nunca un creyente ha tenido que lamentarse de haber confiado en Dios, mientras que la confianza en la carne ha sido la causa de muchas penas.

En cada camino nuevo es preciso conocer al Señor Jesús, es decir, invocarle, escucharle y obedecerle; de lo contrario nos exponemos a merecer el reproche dirigido por Elías a los mensajeros de Ocozías: “¿Acaso no hay un Dios en Israel? ¿Por qué van a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón?” (2°Reyes 1:3). Si no conversamos con Dios, nos conducimos como si Dios no existiera; y aunque no consultemos directamente a los malos espíritus, nuestra independencia en cuanto a Dios así como nuestra propia voluntad nos entregan a la influencia de ellos.

Las felices experiencias que hemos vivido pueden sernos útiles, pero no nos dan ninguna seguridad para el futuro, ya que después de haber obtenido una victoria o una bendición por la fe, a menudo nos vuelve a faltar la confianza en Dios. Encontramos una prueba de ello en la historia de Asa en 2°Cronicas. Refiriéndose a los hermosos días de este rey, Hananí, el vidente, le dijo 2°Cronicas 16:8.- “¿Acaso los etíopes y libios no tenían un gran ejército con carros y muchísima caballería? Pero como dependiste del Señor, él te dio la victoria sobre ellos.” Pero luego, el rey perdió su confianza en Dios 2°Cronicas 16:9.- “Porque los ojos del Señor recorren el mundo entero para fortalecer a quienes confían en él de todo corazón. Debido a que tú has actuado como un tonto en este asunto, desde este momento en adelante tendrás más guerras en tu contra.” ¿Qué había hecho de las enseñanzas de Azarías? “El Señor está con ustedes si ustedes siguen estando con él. Si lo buscan, lo encontrarán, pero si lo abandonan, él los abandonará a ustedes.” (2°Crónicas 15:2) ¿Qué quedaba del compromiso y del juramento que había hecho junto con todo el pueblo, acerca de buscar a Dios, el Dios de sus padres con todo su corazón y con toda su alma? 2°Cronicas 15:12.- “Luego hicieron el pacto de seguir al Señor Dios de sus antepasados de todo corazón y con toda el alma.”

“Él te ayudará a vivir rectamente.”. El quiere guiarnos de una manera tan segura como condujo a los israelitas de Egipto a Canaán. Durante el día nunca les faltó la nube, ni en la noche la columna de fuego. Para marchar por el buen camino, los fieles sólo tenían que seguir los signos de la presencia de Dios en medio de ellos. Si tomaban otro camino y se extraviaban, lo hacían voluntariamente.

Hoy, Dios nos dirige por medio de su Palabra. Siempre hallamos en ella explicaciones concretas en relación a cada uno de los detalles de la vida, no deja de enseñarnos los grandes principios divinos que deben regir nuestras vidas. El Espíritu Santo también está con nosotros para enseñarnos sobre todas las cosas; pero debemos estar plenamente convencidos de que nunca nos conducirá por caminos diferentes a los que la Palabra de Dios nos propone. No debemos dejarnos seducir por las personas que nos alagan, y hagamos todo lo posible para evitar las trampas que nos tiende el enemigo.

Para ser beneficiarios de las promesas de Dios es preciso cumplir con las condiciones que exige: Proverbios 16:3.- “Pon en manos del Señor todo lo que haces, para que tus planes se hagan realidad.” Salmo 37:4.- “Disfruta sirviendo al Señor y él te dará lo que necesites.” La fe en Dios y la comunión con ÉL forman nuestros pensamientos y producen en nosotros el deseo de que su voluntad sea hecha. Cuando nos deleitamos en Dios, nuestras peticiones se elevan hasta la altura de sus pensamientos.

Tengamos una voluntad franca para seguir al Maestro. En cada decisión, consultemos al Señor. Si la fidelidad exige sacrificios de nuestra parte, no temamos; la perdida será provechosa, pues Dios es galardonador de los que le buscan. En vez de dar traspiés en las tinieblas, tendremos al Señor Jesús para tomarnos de la mano y conducirnos por el camino donde la luz resplandeciente va creciendo hasta que se establezca el día perfecto.

Muchos de ustedes podrían decir como Job, Job 17:11.- “Mi corazón está hecho pedazos, mi vida desapareció; fracasaron mis planes y esperanzas.” y como Jeremías en Lamentaciones 3:9.- “Bloqueó con murallas de piedra los caminos que yo quería seguir; desvió mi camino.” Quizás alguno de ustedes tiene una enfermedad incurable o está pasando por una prueba desgarradora e irreparable. Pero, tengan ánimo, recuerden que nada nos puede separar del amor de Dios. Tengan confianza, no razonen sobre los caminos misteriosos de Dios; invóquenle tanto más cuanto que son probados. Les librará si lo cree conveniente, pero de toda maneras dirigirá sus pasos, les conducirá a las cumbres más altas y hará sus pies como de siervas Salmo 18:33.- “Él me ayuda a correr tan rápido como una gacela; y me mantiene firme aún en los lugares más altos.” Cantaran y glorificaran a Dios por cuanto no dudarán que ÉL es bueno (Salmo 103:17, Lamentaciones 3:1, 25-27).

Aquel que reclama toda nuestra confianza, que nos advierte de la insuficiencia de nuestra inteligencia, que nos invita a tenerle presente en todos nuestros caminos, que nos promete dirigir nuestros senderos, ¿no es quién nos ama con amor eterno y quien sufrió por nosotros la terrible muerte de la cruz y el abandono de parte de Dios? ¿no pondremos nuestra confianza en ÉL durante el corto tiempo de nuestra vida terrenal, en las pocas horas que quizá nos separan de su venida, mientras profesamos creer en ÉL para la vida eterna? No, esto sería anormal e injusto de nuestra parte, si no lo hacemos.

Creemos en ti Señor Jesús, ¡líbranos de nuestra incredulidad!

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